Transcurría un día normal en el estado de Colima, después llegó la noche y, de repente, ocurrió algo que literalmente sacudió la vida de muchas familias colimenses. A las 20:06 (hora local) del 21 de enero de 2003 un fuerte terremoto de magnitud 7.6 (7.8 según el USGS)¹ y de una duración aproximada de un minuto con veinte segundos cimbró los estados de Colima, Jalisco y Michoacán.

Mapa de la ubicación del epicentro del terremoto.

Este terremoto tuvo su epicentro en el municipio de Tecomán² y fue causado por la acumulación de energía entre las placas tectónicas Cocos y Norteamérica. Según el Servicio Sismológico Nacional, el terremoto tardó 24 segundos en liberar la energía acumulada en 48 años. La ciudad de Colima fue la más afectada, pero la gran intensidad del movimiento telúrico también causó daños en Guanajuato y Morelos y pudo sentirse en lugares tan distantes como el estado de Texas, E.E.U.U.

Además, inmediatamente después del sismo el servicio de energía eléctrica sufrió cortes prolongados y los servicios de telefonía también experimentaron fallas. La pérdida de estos servicios agravó la angustia de los afectados pues el temblor ocurrió en la oscuridad de la noche.

En resumen, el recuento de los daños arrojó las siguientes cifras: 29 fallecidos, 300 heridos, 15 casas con destrucción total y otras 10,000 dañadas, un pequeño maremoto que no causó daños adicionales, pérdidas de 133.6 millones de pesos en el sector educativo, 132.1 millones de pesos en daños a viviendas, daños de 110.8 millones de pesos en el sector eléctrico, pérdidas de 48.3 millones de pesos en el sector salud y daños de hasta 6.3 millones de pesos en alcantarillado, drenaje y sistemas de agua.

Al día siguiente los periódicos hicieron a un lado la cobertura a las campañas electorales que tendrían lugar unos meses más tarde para informar a la población acerca del sismo. En días posteriores autoridades del poder ejecutivo, como el entonces gobernador Fernando Moreno Peña y el [ahora ex]secretario de Gobernación Santiago Creel, recorrieron las zonas afectadas y se comprometieron a ayudar a la población. Por ejemplo, se permitió que el estado accediera a recursos del FONDEN, con los cuales se comenzó la reconstrucción de los daños.

Han pasado los años y el estado se ha recuperado del repentino desastre que vivió hace casi 12 años. A pesar de este hecho, las secuelas del terremoto siguen sintiéndose pues el aspecto de la ciudad cambió. Un resultado positivo de esta tragedia, si es que puede llamársele así, es que ahora la sociedad y las autoridades tienen una mayor consciencia de prevención civil y los edificios que se construyen se hacen tomando en cuenta el riesgo sísmico de la región. Un caso que refleja esta realdad es la puesta en marcha de un programa de construcción de viviendas con técnicas novedosas con el fin de que estas viviendas resistan terremotos.

En conclusión, el terremoto del 21 de enero de 2003 causó grandes e imborrables daños, pero afortunadamente se aprendió de esta tragedia y se está trabajando para protegerse de futuros sismos.

Cuéntanos, ¿dónde estabas cuando el terremoto ocurrió? Déjanos tu experiencia en la sección de comentarios.

Notas

1. Diversas organizaciones geológicas del mundo reportaron magnitudes entre 7.0 – 8.0 grados de intensidad.
2. Las coordenadas exactas de la ubicación del epicentro son: 18°13’12.0″N 104°36’00.0″W.

Fuentes consultadas

• Bitrán, Colorado, García, Pacheco y Reyes. (2003). Impacto socioeconómico del sismo ocurrido el 21 de enero de 2003 en el estado de Colima, México. CEPAL.
• Cortés, Esteban (2003, 22 de enero). Tragedia: 21 muertos deja el terremoto [en línea]. Diario de Colima.
• Servicio Sismológico Nacional (2003). Reporte de Sismos. Sismo de Colima de Enero 2003. Universidad Autónoma de México.
• USGS (2003). Magnitude 7.6 COLIMA, MEXICO 2003 January 22 02:06:34 UTC. U.S. Geological Survey.
• Imagen de cabecera obtenida del sitio METEOCHAMPOTON.